Hoy salgo del Oasis y me adentro en el enorme Desierto…
164 fallecidos en España por coronavirus, 4 millones de parados en España, 500.000 muertos en la guerra de Siria, 135 millones de personas sufren hambre
aguda en el Mundo, etc, etc, etc. Y la
vida sigue igual… Imagina que en estas noticias se sustituyen los fríos
números por los nombres y apellidos
de los protagonistas, no sólo por sus siglas. Y ahora imagina que entre esos
listados está el nombre y apellidos de tu Madre, de tu abuelo, de un amigo o de
tu hija. ¿Tu vida sigue igual? ...
En algunos países
de este Primer Mundillo se habla de
arriesgar vidas humanas a cambio de salvar la economía. En una entrevista le
preguntaron a un estadounidense qué cifra de muertes sería para él “razonable”
en ese intercambio, “¿acaso 10 personas?”.
“Sí, 10 está bien”, contestó firme y
muy seguro en su respuesta. El entrevistador le pidió que se girase: por la
calle irían viniendo esas 10 personas que iban a morir. Todos pertenecían a la familia
del entrevistado. El entrevistador entonces rebajó la cifra: “Salvar la economía a cambio de la muerte de
una sola persona de este grupo, ¿te sigue pareciendo razonable?”. Y el
entrevistado se echó a llorar…
La historia de la
deshumanidad demuestra una y otra vez el rápido y preocupante desarrollo del
gen de la inmunidad frente al dolor ajeno. La falta de empatía por los
problemas de los demás, no querer ni siquiera mirar de frente cuando lo que te
cuentan, o lo que te pasa, puede estropear el día al observador. Hay a quienes
sólo les interesa el lado lúdico de la vida, o el éxito económico, el resto simple
y llanamente les aburre, molesta en su paisaje. Si les hablas de sensibilidad
te responden con las cifras del Ibex. “Siento
luego estorbo”. Y así nos va.
Pero tranquilos,
que mientras siga habiendo oasis no todo estará perdido…